La propuesta era recoger una muestra de voces: acercarse -equipadas con grabadora y auricular- a las personas que aquel día habían decidido ocupar las calles de Granollers bajo el lema de la manifestación "De la miseria a la rabia, y de la rabia en la lucha". Un lema compartido con toda la red de feministas anticapitalistas de los Países Catalanes, "para expresar que el movimiento feminista es combativo, es un movimiento de clase y es un movimiento organizado contra el fascismo y solidario con todos los pueblos en lucha del mundo", tal y como apunta Eli (escuchad el audio) del colectivo Granollers feminista en la conversación que mantuvo con la Nuria, participando del Curso de podcast en Ràdio Vilamajor.
La Nuria Lloret, la Marta Herreros, y Montse Domènech, se apuntaron a la propuesta sonora y conversamos con un buen puñado de personas que compartieron como estaban viviendo la jornada de lucha en las calles de la capital de la comarca del Vallès Oriental. Lo podéis ver en el reportaje fotogràfico.
La manifestación del 8 de marzo en Granollers empezó en la plaza de Corona donde denunciaron la explotación laboral de Inditex y el genocidio a Palestina, dieron voz a las enfermeras en huelga y a las campesinas que se están sublevando, denunciaron la institucionalización del feminismo y de las políticas feministas del Ayuntamiento, y acabaron en la plaza de la Iglesia con la representación de la obra Akelarre, sobre la cacería de brujas, por parte de un grupo de jóvenes de la escuela de teatro Arsènic.
La Nuria Lloret, la Marta Herreros, y Montse Domènech, se apuntaron a la propuesta sonora y conversamos con un buen puñado de personas que compartieron como estaban viviendo la jornada de lucha en las calles de la capital de la comarca del Vallès Oriental. Lo podéis ver en el reportaje fotogràfico.
La manifestación del 8 de marzo en Granollers empezó en la plaza de Corona donde denunciaron la explotación laboral de Inditex y el genocidio a Palestina, dieron voz a las enfermeras en huelga y a las campesinas que se están sublevando, denunciaron la institucionalización del feminismo y de las políticas feministas del Ayuntamiento, y acabaron en la plaza de la Iglesia con la representación de la obra Akelarre, sobre la cacería de brujas, por parte de un grupo de jóvenes de la escuela de teatro Arsènic.